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Historia de una maestra

MANIFIESTO DADA

Duermo muy tarde. Me suicido un 65%. La vida me sale muy barata, no es para mí sino 30%. Mi vida tiene 30% de vida. Le faltan brazos, unos bramantes y algunos botones. Un cinco por ciento lo consagro a un estado de estupor semi-lúcido acompañado de crepitaciones anémicas, o sea que la vida es barata. La muerte es un poco más cara. Pero la vida es encantadora y también la muerte es encantadora. Hace unos días, estaba yo en una reunión de imbélices. Había mucha gente. Todo el mundo era encantador. YO, un personaje pequeño, idiota e insignificante también era encantador. Todo el mundo es encantador. E ingenioso. ¿Acaso no es delicioso? Por lo demás, todo el mundo es delicioso. 9 grados bajo cero. Es encantador, ¿verdad? No, no es encantador. Dios no está a la altura. Ni siquiera está en el listín telefónico. Pero de todos modos, es encantador.

1 comentario

eL iNestAblE -

si Dios no existiera no tendría sentido suicidarse, aunque me imagino que por ser el rey de la simpatía en el primer curso de bachillerato aun podría (quizás no) saber algo más sobre como montar nata, ordenar calcetines o abrillantar puertas de madera, que estoy seguro que es algo que el Todopoderoso no sabe hacer. Si tu eres un 80%, me quedo en las fracciones, como me decia mi mama "en el logaritmo del amor, hijo mio, una raiz cuadrada es siempre inversamente proporcional a cualquier regla de 3 que tu le propongas"

(joder.... si lo hubiera sabido antes... asi me va)